jueves, 12 de noviembre de 2015

Resumen del tema 2

LA EUROPA FEUDAL
 1. El nacimiento de la Europa feudal

Carlomagno, rey de los francos, unificó gran parte de Europa occidental y se proclamó em­perador (800):


–        Para administrar su territorio, lo dividió en condados (gobernados por condes)    y para defender sus fronteras, creó las marcas (gobernadas por marqueses).


– Los sucesores de Carlomagno dividieron el Imperio en varios reinos por el Tratado de Verdún (843), lo que causó inestabilidad en Europa.


 En los siglos IX y X, Europa sufrió diversas invasiones: normandos por el Norte, musulma­nes por el Sur y húngaros por el Este.


El poder de los reyes europeos era débil y fragmentado. Para gobernar y proteger a la po­blación, pactaron con los nobles un sistema de relaciones personales, el vasallaje, que dio origen al feudalismo:


–        El vasallo juraba fidelidad al rey a cambio de tierras (feudos) en una doble ceremonia: el homenaje (el vasallo juraba fidelidad al rey) y la investidura (el rey otorgaba el feudo al vasallo).


–        Los nobles, obispos y abades se convirtieron en señores feudales. A veces, estos señores cedían parte de su feudo a otros.


–        Los señores constituían la única autoridad en su feudo, y los campesinos se ponían a su servicio a cambio de protección.


 El feudalismo dio lugar a la sociedad estamental, dividida en grupos cerrados a los que se pertenecía por nacimiento:


Privilegiados: nobles (dedicados a la guerra) y clero (dedicados a la oración).


No privilegiados: campesinos y artesanos (dedicados al trabajo).


2. La monarquía y la nobleza feudal


 El rey estaba en la cúspide de la sociedad feudal y se le consideraba el primero entre igua­les (sus iguales eran la gran nobleza) y el representante de Dios en la Tierra.


 Las principales atribuciones del rey eran: dirigir los ejércitos de sus vasallos en campañas militares, recaudar impuestos para guerras, coronaciones, etc. y ejercer de juez supremo en litigios o pleitos.


 Para gobernar, el rey contaba con la Curia o Consejo Real, un órgano de carácter asesor integrado por nobles y clérigos. También le rodeaba siempre la corte (familia, amigos y consejeros).


La función de los nobles era ser guerreros; disponían del equipo, el caballo y las armas para combatir, y a los 18 años ya se les armaba caballeros. La guerra les proporcionaba tierras y, en épocas de paz, participaban en torneos para divertirse y entrenarse.


 


3. Los castillos medievales


- Los castillos medievales eran las residencias de los señores feudales. En caso de ataques o invasiones, servían también como refugio para los habitantes del feudo.


- El centro del castillo lo ocupaba la torre del homenaje, lugar de residencia y de vigilancia, rodeada por otras dependencias (graneros, herrería, horno...) y por una muralla. Eran aus­teros y tenían un mobiliario escaso.


          - La vida de los nobles en el castillo consistía en recibir a sus vasallos, impartir justicia, recibir tributos y alimentos de sus siervos, inspeccionar las tierras del feudo y entrenarse para el combate.


          - Las distracciones de los nobles en los castillos eran la celebración de banquetes, las fiestas con juglares y trovadores, la caza, la cetrería y los torneos.


-Las damas organizaban las tareas domésticas, cuidaban a los hijos o se entretenían con la costura, la música y la lectura.


4. Las tierras del feudo


      -Un feudo lo formaban las tierras otorgadas por el rey o un noble a otro señor feudal, junto con sus derechos y oblñigaciones po­dían ser transmitidos en herencia, pero no podían comprarse ni venderse.


-  El feudo se dividía en:


– La reserva señorial: formada por las mejores tierras, era donde solían estar el castillo y los prados y bosques de uso exclusivo del señor.


– Los mansos: eran los lotes de tierra que trabajaban los campesinos libres y los siervos a cambio de rentas (una parte de la cosecha, las primicias -entregas que se hacían una vez al año-, las prestaciones personales -días de trabajo en la reserva señorial-, los derechos de monopolio -por el uso del horno, el molino...-).


- El señor feudal tenía la jurisdicción sobre todo el feudo, es decir, dictaba leyes, controlaba los servicios (molino, horno), impartía justicia, cobraba impuestos, etc.


5. Los campesinos en el mundo feudal


      -Los campesinos eran la mayoría de la población. Se distinguían dos categorías:


– Los campesinos libres, que tenían libertad personal y eran propietarios de su tierra.


– Los siervos, que no tenían libertad personal y estaban ligados a las tierras del señor.


- El rendimiento de la tierra era bajo porque las técnicas y herramientas eran muy rudimen­tarias: se practicaba la rotación bienal (cultivo de la mitad de las tierras mientras la otra mitad se dejaba en barbecho).


- La economía campesina era de autoconsumo, es decir, las personas vivían de lo que produ­cían y se fabricaban ellos mismos las herramientas y todo lo que necesitaban. Los intercam­bios eran escasos.


          -Cultivaban cereales, legumbres, viñedos, verduras y árboles frutales. La dieta de los campe­sinos era muy monótona y comían muy poca carne.


- Sus viviendas eran sencillas: tenían una o dos habitaciones, establo, almacén y cocina. Vi­vían en aldeas o en casas dispersas.


 


6. La Iglesia cristiana: los clérigos


-La Iglesia debía mantener la unidad de los creyentes. Fijaba las obligaciones religiosas y las normas para una conducta correcta. Se encargaba de las ceremonias religiosas (bautizo, matrimonio…), de la enseñanza y de suministrar asistencia a los pobres y a los enfermos.


-Para poder desempeñar estas funciones, la Iglesia tuvo que ruralizarse, es decir, se trasladó al campo, que es donde vivía la mayor parte de la población.


- La Iglesia era muy rica: tenía feudos y cobraba impuestos a todos los campesinos (diezmo).


- Las personas dedicadas al servicio de la Iglesia constituían el clero. Había dos categorías:


– El clero secular, formado por curas, párrocos y obispos, se encargaban de las parroquias.


– El clero regular reunía a los monjes y abades, que vivían en los monasterios.


- Los lugares donde había vivido Cristo se convirtieron en centros de peregrinación, especial­mente Jerusalén (Tierra Santa). Pero en el siglo XI los turcos conquistaron esta ciudad y se prohibió la entrada a los cristianos. Entonces, el Papa decidió reconquistarla y se empren­dieron una serie de guerras, las cruzadas.


Descubre la vida en los monasterios


- Un monasterio estaba formado por un conjunto de edificios y de tierras, cuyo centro era la iglesia. Constituían un feudo que pertenecía a la Iglesia y que también estaba trabajado por campesinos.


          - En los monasterios vivían los monjes, que se dedicaban sobre todo a rezar, pero también a copiar libros en los scriptorium, a trabajar la tierra, a cuidar enfermos, etc.


- Los monjes estaban sometidos a una regla (conjunto de normas), que dependía de la orden monástica a la que pertenecían (benedictinos, cistercienses...).

ceremonia del vasallaje

 ceremonia del vasallaje



Es un compromiso entre señores y vasallos que se realiza mediante una ceremonia pública solemne. Consta de varias partes:
 
 
1- Homenaje. El vasallo coloca sus manos entre las de su futuro señor y declara su voluntad de ser su vasallo, diciendo Señor, me hago hombre vuestro. El señor le responde Os recibo y tomo por hombre.
2- Juramento de fidelidad. De pie, con la mano sobre los textos sagrados, el vasallo  dice Yo te seré fiel a ti, con fe recta, sin malas artes, como un hombre debe serlo para con su señor, sin engaños a sabiendas.
3. Osculum. El señor le dice a su nuevo vasallo Os recibo y tomo por hombre y os beso en señal de la fidelidad.
4. Investidura. es la entrega por parte del señor de un objeto que simboliza la concesión material que se va a entregar al vasallo.

Para ver castillos


La vida en un castillo


Diagrama de un feudo

Diagrama de un feudo




Un FEUDO es el pago que un señor da a su vasallo para que éste le rinda homenaje. Pero también utilizamos la palabra para designar una propiedad territorial de un señor durante la Edad Media. En este último sentido, el feudo, en cuanto explotación agroganadera, se divide en dos partes:
  • LA RESERVA SEÑORIAL, que el señor explota directamente mediante siervos o con el trabajo de los campesinos que trabajan en los mansos. Allí se ubican el castillo, residencia del señor, los bosques donde se practica la caza, los prados para alimento de los animales y los campos de cultivo del señor. Podríamos también incluir en este apartado las edificaciones a partir de las que el señor obtiene otras rentas como los puentes, molinos, almazaras, lagares...

  • LOS MANSOS son parcelas agrícolas explotadas por campesinos libres que viven en la aldea cercana al castillo señorial. Además de los mansos, cada aldea contaba con campos o prados comunales que servían de lugar donde apacentar al ganado, conseguir leña, cazar, pescar, etc. Además de las rentas que el campesino entregaba al señor por el uso del manso, entregaba a éste otras derivadas de su función jurisdiccional (construcción de caminos, casamientos, herencias...) o señorial (uso obligatorio de los monopolios del señor).

Ceremonia del vasallaje


Ceremonia de homenaje feudal


Muchos de los ritos vasalláticos se realizaban ante la corte del señor o ante testigos. Si intervenían altos personajes o estaban en juego grandes intereses, los compromisos se registraban en cartas.


La ceremonia pone a un señor en presencia de un vasallo, ligados ambos por un contrato que reviste una fuerza singular. El gran momento es el homenaje. Sin armas, sin cinturón ni caperuza, el dependiente se inclina o se arrodilla ante su señor. Pone sus manos juntas entre las del señor, que las cierra sobre ellas en señal de consentimiento y toma de posesión. Ambos intercambian un beso en la boca, o uno de ellos lo da al otro. Es signo de paz, de amistad y de fidelidad mutua. Sin embargo, el beso no es indispensable. Clásico en Francia y en los países de conquista Normanda a partir del año 1000, se propagó bastante poco en Italia. Es raro en Alemania antes del siglo XIII, sin duda porque la distancia social entre señor y vasallo era más pronunciada.



Un segundo acto sigue inmediatamente al homenaje: el juramento de fidelidad, prestado sobre un objeto sagrado. En ese momento se intercambian algunas palabras:


—¿Queréis ser mi hombre?


—Lo quiero.


—Os recibo como mi hombre.


—Os prometo ser fiel.


El vasallo será amigo de todos los amigos de su señor, enemigo de sus enemigos. El juramento ennoblece el acto vasallático, le da un tinte cristiano y convierte en perjuro a quien viola sus compromisos.



Los juramentos vasalláticos creaban relaciones tan estrechas que se requería la presencia de los interesados y ante todo la del subordinado. Algunas coutumes enumeraban los casos de fuerza mayor que autorizaban a las partes, o a una de ellas, a hacerse representar: minoría de edad, vejez, enfermedad y lejanía frecuente en el vasto Imperio germánico, donde el soberano estaba obligado a hacer largos viajes.


En Inglaterra, según Glanville, el heredero masculino, aunque fuera menor, estaba capacitado para asumir compromisos. La mujer casada no rendía homenaje, pues este deber incumbía al esposo. Y las viudas padecían la misma incapacidad. Se tomaba juramento a todas las personas libres, incluidos los clérigos, los menores y las solteras.


Según ciertas coutumes, no anteriores al siglo XIII o XIV, los juramentos recibidos por procuración deben ser renovados por el vasallo el día en que está en condiciones de cumplir con su obligación.





Bibliografía:
Señorío y feudalismo – Robert Boutruche